jueves, 24 de mayo de 2018


PAN A 55 PESOS, VERGÜENZA NACIONAL. 
MIENTRAS JESUS MULTIPLICÓ, MACRI LE QUITA EL PAN AL PUEBLO.
Es obvio decir que el pan es parte fundamental de la dieta de los argentinos y de otros países. Si bien recientemente es blanco de una prensa adversa, al ser cuestionado por médicos y nutricionistas, el pan continúa siendo valorado en forma prioritaria en los hogares tanto cultural como nutricionalmente.
Si se revisan las estadísticas más recientes, cada argentino consume 83 kilogramos anuales, que alcanzan los 227 gramos por día, que multiplicado para una familia tipo de 4 miembros, suma un kilogramo diario. Es decir, con estos valores hay un promedio de 365 kilogramos anuales por cada núcleo familiar, que hoy implica un costo mensual de 900 pesos. Ya con ese precio, su valoración adquiere una significancia más que importante, en los gastos alimentarios globales de la familia.
La nueva brutalidad de estos tiempos surge con un kilogramo de pan a 55 pesos, ya que el gobierno nacional, ha dejado al país como zona liberada a los monopolios formadores de precios. Estos elevaron el precio de la harina a 800 pesos la bolsa, siendo el principal insumo para la elaboración de este alimento.
Entonces, ya hablamos de un promedio mensual de 1.650 pesos, que implica contar todos los días con un kilogramo de pan en un hogar argentino que, si hablamos de una canasta de 22.700 pesos mensuales, corresponde a un 7,30 % de dicho monto. Ahora bien, el sueldo medio de un trabajador no supera los 16.000 pesos actualmente. Entonces en la vida diaria, ello significaría un 10,30 % del ingreso. Pero este impacto no solo golpea sobre los productos de panificación, sino también en pastas, galletas y otros. En síntesis, asistimos a un escenario dantesco en donde los precios del pan y otros alimentos básicos se encarecen, mientras la capacidad adquisitiva de los salarios decrece dramáticamente.
Nos siguen pegando abajo, tratan de hacernos creer que el dólar a 25 pesos no va tener impacto en los precios. Queda a las claras entonces que, tanto la carestía de los alimentos, de los servicios, del transporte, alquileres, créditos hipotecarios y combustibles, se han transformado en un coctel que, Macri y asociados pretenden implementar según su conveniencia, con el aval de senadores y diputados de Cambiemos de La Rioja como garantes locales del ajuste salvaje. Hoy, empresarios inescrupulosos que manejan los precios de los productos de primera necesidad, nos han tomado de rehenes, a tal punto de impedir el consumo de un producto básico de la alimentación familiar como es el pan.
Desde el Frente Grande denunciamos este ataque a las economías familiares que, degrada aún más la calidad de vida, sobre todo de los hogares que priorizan su consumo entre sus hábitos alimentarios. Repudiamos la actitud de “mirar para otro lado” del gobierno de Macri que, bajo la supuesta libertad de mercado, hacen cada vez más difícil la subsistencia de los argentinos.
MESA PROVINCIAL DEL FRENTE GRANDE