lunes, 25 de julio de 2016

Evita hace 64 años, tanto fuego encendido en la historia.

Si hay algo que caracteriza a los países como el nuestro es la poca tolerancia a los procesos populares por parte de los sectores mas concentrados de la economía. Esto no es una novedad pero es notorio como se comportan estos grupos cuando una medida los amenaza, y, peor aún cuando surge de un gobierno democrático, elegido por el voto popular.
La oligarquía local parte de esos grupos nunca le perdonó el carácter provocador que Evita daba a sus mensajes y el desprecio que mostraba por las egoístas clases acomodadas a las que además ponía en evidencia, no podían perdonarle que pusieran en cuestionamiento su poder. Para cierta parte de la sociedad argentina, influenciada por la cultura imperial resultaba insoportable que una mujer surgida de un hogar humilde se rebelara contra el poder oligárquico, aún cuando su vida se apagaba mantuvo esa llama rebelde encendida: “Porque nosotros no nos vamos a dejar aplastar por la bota oligárquica y traidora de los vendepatrias que han explotado a la clase trabajadora; porque nosotros no nos vamos a dejar explotar jamás por los que, vendidos por cuatro monedas, siguen a sus amos de las metrópolis extranjeras y entregan al pueblo de su patria con la misma tranquilidad con que han vendido al país”. Sostenia en un encendido discurso.
Imbuida de una profunda convicción sabía que si el gobierno Popular caía, con él caerían los trabajadores y comenzaría un calvario como se verificó pocos años después de su muerte. Temía que esa revolución quedara inconclusa, por eso en cada mensaje, en cada una de sus obras dejaba marcado su inclaudicable fervor revolucionario.
Transformó el tradicional concepto de beneficencia de las damas de la oligarquía por un profundo sentimiento de justicia social, donde los humildes recibían de acuerdo a sus necesidades no como una dádiva de un ser superior sino como un acto de elemental justicia, el cual buscaba poner fin a décadas de sometimiento.
La obra de Eva Perón no sólo tuvo a los trabajadores como meta, también las mujeres supieron de su dedicación y esfuerzo, ella fue la mentora del voto femenino en nuestro país, que convertía a las mujeres en ciudadanas con iguales derechos que los varones.
Pero la vida y la obra de esta mujer fue deliberadamente borrada por ciertos intelectuales y culturosos que dieron las más extrañas explicaciones, que no se apartan en demasía del tradicional odio de las clases acomodadas, pero esta vez se trata de incluir un cierto barniz “científico” a la explicación, cuando el principal problema era que los trabajadores adquirir nuevos derechos y los ejercerían por el resto de la historia de nuestro país.
Evita es y será la fuerza motora de quienes luchamos por los derechos fundamentales de nuestros pueblos, es la calle, es bandera, es llanto, es pasión, es el sueño de la patria liberada.
Hoy la historia se recicla con el Proyecto Nacional y Popular que durante 12 años gobernó en nuestro país y que permitió un empoderamiento y la inclusión real de millones de argentinos que recuperaron su dignidad. Por eso los grupos poderosos, hoy representados por la oligarquía agroalimentaria, por el amarillento sector del gobierno de Macri, los medios concentrados y un sector dominante del poder judicial- todos ellos  se ensañan en perseguir a Cristina Fernández de Kichner porque justamente temen a que el pueblo vuelva ser protagonista y recupere todo lo que le robaron.
Frente Grande La Rioja

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