El padre de la Serna mantiene una postura por demás crítica con el sector de la Iglesia comúnmente calificado como conservador y en especial con el obispo Héctor Aguer. En 2003 el padre de la Serna publicó una carta firmada por un gran número de sacerdotes criticando a monseñor Aguer por haber sido fiador personal de su amigo el banquero Francisco Trusso para que obtuviese la excarcelación por una causa de fraude. De La Serna también acusa a Aguer de haber denunciado ante las autoridades militares al sacerdote Pablo Gazzarri desaparecido desde 1976
DE la Serna sostiene entre sus últimos análisis que “..El avance económico, silencioso (con la complicidad de los medios que no hacer referencia a nada, como la inseguridad que – por arte de magia, o movida por un hada gobernadora – ya no existe) hace ver que la inflación desde que se anunció el “ajuste” que en el recurrente vocabulario del cinismo se llama “sinceramiento” o “corrimiento de precios” sea galopante. Que la apertura de importaciones hace presagiar caída del empleo. En los primeros momentos todos podremos comprar baratos y simpáticos productos en nuevos “todo por dos pesos”, mientras se va socavando y corroyendo el empleo. Esa película ya la vimos. Pero todos pueden comprar hasta 2.000.000 de dólares por mes y autos de alta gama más baratos porque hay igualdad de oportunidades. Todos pueden. Cualquiera. La plata alcanza cada vez menos, el trabajo se vislumbra en peligro y con sueldos más bajos después de un primer momento de fiesta gracias a los sojeros y trigueros que inyectan dinero (no gratis, por cierto) y al apoyo (= préstamos, endeudamiento) de bancos “amigos”. Es decir, el círculo vicioso de la pobreza creciente avanza. Eso sí, con “buenas noticias”, como el otro ministro lo dijo en su media sonrisa”.
DE la Serna sostiene entre sus últimos análisis que “..El avance económico, silencioso (con la complicidad de los medios que no hacer referencia a nada, como la inseguridad que – por arte de magia, o movida por un hada gobernadora – ya no existe) hace ver que la inflación desde que se anunció el “ajuste” que en el recurrente vocabulario del cinismo se llama “sinceramiento” o “corrimiento de precios” sea galopante. Que la apertura de importaciones hace presagiar caída del empleo. En los primeros momentos todos podremos comprar baratos y simpáticos productos en nuevos “todo por dos pesos”, mientras se va socavando y corroyendo el empleo. Esa película ya la vimos. Pero todos pueden comprar hasta 2.000.000 de dólares por mes y autos de alta gama más baratos porque hay igualdad de oportunidades. Todos pueden. Cualquiera. La plata alcanza cada vez menos, el trabajo se vislumbra en peligro y con sueldos más bajos después de un primer momento de fiesta gracias a los sojeros y trigueros que inyectan dinero (no gratis, por cierto) y al apoyo (= préstamos, endeudamiento) de bancos “amigos”. Es decir, el círculo vicioso de la pobreza creciente avanza. Eso sí, con “buenas noticias”, como el otro ministro lo dijo en su media sonrisa”.
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