lunes, 5 de septiembre de 2016


Con un gobierno sordo y ciego que sólo favorece a bancos, sojeros, importadores y mineras, y que ha creado y desconoce una situación social gravísima, es la paz y la democracia misma lo que está en peligro.
Esto obliga a pensar no sólo en el duro presente, sino también en los cambios que la sociedad argentina necesita para recuperar la confianza en el sistema político. Lo que impone considerar reformas estructurales urgentes y profundas, empezando por la de nuestra Carta Magna. Que entre otras cuestiones fundamentales deberá incluir, tarde o temprano, modificaciones al sistema representativo incluyendo formas de participación popular no delegativas. Y de una vez habrá que reformular, con serenidad y cordura, un Pacto Federal entre todas las provincias argentinas para acabar con el permanente chantaje de la co-participación y dar paso a un país en verdad moderno.

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