De la Mano y la
Solidaridad de nuestro Pueblo
El 24 de marzo de
1976, hace ya 42 años, las Fuerzas Armadas implantaron a sangre y fuego el
terrorismo estatal, mediante un golpe. El resultado fue un plan de persecución
y exterminio de los opositores a este gobierno de facto, con la complicidad de
sectores judiciales políticos y eclesiásticos, y la participación de grupos
económicos nacionales y extranjeros.
El saldo fue de 30.000 personas
desaparecidas, más de 500 niños apropiados y miles de detenidos políticos.
También fue la punta de lanza de un proceso de vaciamiento de la industria y
del estado en beneficio de la acumulación de capital. Colaboraron para ello
especuladores financieros de dentro y fuera de nuestras fronteras. Una absurda
guerra de Malvinas fue el funesto corolario de los mandos militares genocidas,
a costa de la valentía y entrega de tantos jóvenes soldados con el sólo
objetivo de perpetuarse en el poder y no de defender los soberanos derechos
sobre las islas del atlántico Sur.
La ruptura institucional de 1976 fue cometida en el marco
del Plan Cóndor, que llevó a la instalación de regímenes dictatoriales en toda
América Latina con el aval y promoción de la CIA, los sectores más
reaccionarios de Estados Unidos y sus sempiternos aliados del mundo de las
finanzas.
Luego de una larga lucha que llevó 22 años, con la sola
excepción del juicio a las juntas, en el que reinó la impunidad en que los
jerarcas del proceso y represores se paseaban libres, haciendo gala de su poder
para que la justicia no los alcanzara. A pesar de ello, las organizaciones de
DDHH y sus militantes jamás callaron ni bajaron sus brazos. Fue así que
en 2005 aunaron esfuerzos con las políticas de estado del Gobierno
Popular de Nestor Kirchner y luego de Cristina, para superar un estado de
letargo que perduraba, para eliminar leyes nefastas como la Obediencia
Debida y el Punto Final que le dieron cobertura legal a los genocidas durante
el período democrático.
Se inició en nuestro país un proceso en que tuvo en los
estrados judiciales, sus momentos más memorables, se procesó, juzgó y condenó a
quienes asolaron nuestro país durante los años oscuros, inclusos aquellos que
pertenecieron a las 3 A, verdadera banda facciosa al servicio de la
persecución de opositores, y al crimen político, como antecesores de los grupos
de maleantes y criminales que operaron durante el Proceso Militar.
Desde el 2016 al 2018 la sombra de la impunidad vuelve a
hacerse presente, los intentos compulsivos de Macri y sus secuaces en
cuestionar e invisibilizar la lucha de los derechos, sea a través de los
trolls, auténticos grupos de tareas de las redes en internet que operan
injuriando, calumniando a quienes siguen en esta lucha u operando con un poder
judicial cómplice y los servicios de inteligencia que se articulan con
conocidos operadores mediáticos. Hoy disfrazan al intento del 2x1, repudiado y
resistido por nuestro pueblo, como resultado de una superpoblación carcelaria
para garantizar que los represores vuelvan a sus hogares.
El
gobierno de Cambiemos justifica con absoluto desparpajo la prisión domiciliaria
- que es una libertad encubierta - de un asesino como Alfredo Astiz, quien
durante la Dictadura del Proceso, disparó por la espalda a Dagmar Hagelin,
adolescente sueca de 17 años. También es el responsable directo de los
asesinatos y desapariciones de Azucena Villaflor la madre de plaza de mayo y de
las monjas francesas Léonie Henriette Duquet y Alice Dummont. Astiz se
rindió ante los ingleses sin disparar un solo tiro en las islas Georgias. Así
firmó la rendición incondicional a bordo del HMS Plymouth en presencia de los
capitanes británicos: David Pentreath y Nicholas Barker. Ese es Astiz. A su vez
Cambiemos continúa manteniendo cautivos, secuestrados a Carlos Zannini, Milagro
Sala, Julio De Vido, D'Elias entre otros prisioneros opositores políticos
quienes ni por asomo cometieron tanto daño y dolor como el ex marino . Eso es
Cambiemos. Astiz el asesino de mujeres, cobarde que se rindió en las Georgias,
reivindicado por el gobierno de Macro, quien a su vez persigue y encarcela a
politicos opositores al régimen de Cambiemos. Astiz es el fiel reflejo, el
ejemplo más acabado del militar argentino anti pueblo y enemigo de la causa
nacional y popular, como Cambiemos.
Instamos a nuestro pueblo y a todos los militantes
populares a continuar en el camino de lucha, por el que Videla, Massera,
Menéndez, Bignone murieron en la cárcel. A pesar de todo aún siguen presos, con
condenas ejemplares los responsables de tanto daño a nuestro pueblo, en un
mundo en el que Argentina todavía se presenta como ejemplo contra la impunidad
de genocidas y poderosos.
Mesa Provincial del Frente Grande
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