lunes, 21 de junio de 2021

 


Sobre la lucha por la hegemonía de la Justicia Social en la política riojana

Por Alejandro Romero de El Tala Comunicación Popular

Lo que sucedió, las fotos que conmovieron a propios y extraños, es la confirmación de que el peronismo riojano dio vuelta una página de su historia al poner en crisis la hegemonía liberal con un referente de la Justicia Social ocupando el centro político.


El peronismo liberal o  neoliberal, no aguantó el avance de lo popular y salió a diferenciarse como sector,   sin importarle  la lealtad al partido, ni el proyecto de provincia; eso  sí,  buscando cobijo dentro del Frente de Todos. Hasta llegar a esto,  aceptaron y usaron  el acompañamiento  de los medios hegemónicos y sus vasos comunicantes locales.  

En esta movida también esta Brizuela y Doria de JxC,  quien  parece haber  re-calculado  su lugar como representante de una coalición de derecha y del stablishment  en la provincia, algo que   la lleva  a asumir acciones anti cuarentenas y posturas anti populares en general,   que la alejan de la realidad del electorado local y del crecimiento en las encuestas. Habrá que ver que tan en serio va la intendenta, por lo pronto  esta movida la dejó de frente a Alberto Fernández. Como referencia esta su hermano,  el intendente de Chilecito, de ideología conservadora,  pero con espacio en un proyecto viable de provincia.

También  vale señalar   el hecho de que Sergio Casas,  a quien ubicamos como uno de los protagonistas para este viraje  hacia la justicia social,  hoy fija posición nuevamente  dentro del neoliberalismo  que lo antecedió y gracias al cual llegó a la gobernación. Su imagen se desdibuja  por la  incoherencia  de  volver sobre sus pasos con tal de resguardar una cuota de poder.

Es de imaginar que resulta  difícil  sostener  una pose de referente popular  cuando llega el momento de  actuar por la propia y  por afuera del interés colectivo. Hoy Casas le da la  espada a quien lo ayudó  a desafiar los designios de sus antecesores y a sostenerse mientras éstos lo atacaban.  Queda claro que la lealtad no está entre los valores del ex gobernador ni  de quienes defienden las banderas del liberalismo,  o  de quienes miran la política desde ese lugar para sostener sus privilegios, como  Bosetti y Beder Herrera, que no dudaron en cruzar la línea de la lealtad y  aliarse con la reacción  con tal de volver a tener chances de retornar al poder. Por la misma línea camina la Vice gobernadora Florecía  López,  para quien prima su proyecto de poder por sobre todo.

Por todo esto, aunque falten confirmaciones,  habrá que ver si este variopinto partidario,  que aparentemente cuenta con el guiño de Alberto,  funciona  como espacio para institucionalizar  dentro del  Frente a una parte de la oposición natural al proyecto nacional y popular, que de lo contrario jugaría para la derecha más concentrada.  Por otro lado,   resulta difícil  pensar que Alberto haya avanzado como lo hizo,  sin la anuencia de Ricardo  Quintela,   quien seguramente  es consciente de que la hegemonía de la Justicia Social en la política riojana no se logrará  de un día para el otro. Hoy los tantos están en la mesa  y es un buen punto de referencia para mirar hacia delante.


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